Fotografía 101..."El alma de una nación"



                                                                          Arturo Sosa. Circa 2008

Gooooood morning Vietnam! ¡Buiti binafi numadas! ¡Buenos días Honduras!

Este es uno de los retratos favoritos que hecho a lo largo de la vida. La tomé hace varios años, cuando grabamos con Marvin Orellana una serie de documentales en video sobre Honduras para el Grupo OPSA.

La fotografía la llamé: "La niña del turbante". Es un retrato de una niña garífuna en la aldea de Sambo Creek, a orillas de nuestro mar Caribe. Forma parte del documental "El alma de una nación"; un corto dedicado a capturar la esencia e historia del pueblo garífuna en Honduras (una fotografía muy similar, pero con la niña viendo a la cámara, se utilizó en la portada de la revista Estilo Viajes en el año 2009 si mal no recuerdo)

Pocas veces he visto tanta elegancia y pureza reunidas en una sola persona. Un aire de coquetería oculta, innata, infantil, se percibe en el gesto de la niña. La simplicidad del encuadre, la luz natural que baña amablemente su rostro y el rico turbante  con un amarre o nudo "de fiesta", me transmite su orgullo por ser quien es.

Cuando se hace fotografía documental, uno trata de pasar desapercibido. La menor cantidad de equipo, sin luces, sin poses, sin oropel. La misión es tratar de cumplir con las tres reglas básicas que estableció Dorothea Lange durante la época de la Depresión norteamericana:

1.- Nunca hay que "meter mano". O sea, uno no puede manipular nada para tomar la fotografía. Ni sugerir poses, ni mover o quitar elementos del escenario, ni cambiar el vestuario, ni agregar luces, mucho menos maquillaje, etcétera.

2.- Lograr establecer una época determinada. A través de la imagen y lo que hay en ella, el espectador debe poder calcular o establecer en que año o década o época de la vida pasó lo que el fotógrafo capturó.

3.- Lograr establecer una geografía determinada. Al igual que el punto anterior, el espectador debe ser capaz de inferir en que parte del mundo fue realizada la fotografía.Darle al espectador una geografía para que pueda entender la historia que ve.

Pero quizá, lo más trascendente de hacer retratos siguiendo la línea del documental es que uno aprende a ver el mundo tal y como es. Y no como nos gustaría verlo en el anuncio de la revista, en la portada impresa.

No se trata de decirle al mundo lo maravilloso que somos como artistas (si es que la vanidad nos hace creer que lo somos). Se trata de capturar el alma de una nación.

Que La Fuerza nos acompañe...siempre.

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