"Una de las mejores tazas de café de toda mi vida"

Eso fue lo que escribí el sábado. Pero en verdad, han sido varias.

Mi primera taza del viernes por la tarde fue un café de "Estricta altura" de Ocotepeque. Un café SHG (Strictly High Grown) de la variedad Pacas cultivado en una pequeña finca de tres manzanas arriba de los 1550 metros sobre el nivel del mar.  Pero una cosa es tener un buen grano entre manos y otra es prepararlo. Y para lo segundo, es necesario un barista. Y uno extraordinario.

Eso es Marco Ayestas. Un barista extraordinario. Un conocedor profundo de cada café que cata y comparte con los visitantes a Art Capjé. Con gusto y profesionalismo, porque esta pequeña casa en la Colonia Modelo, allá por el sur de Tegucigalpa, es mucho más que una cafetería gourmet; en realidad es su hogar. La casa donde vive con su familia.

Llegué por recomendación de Orietta Peve, Ramón Martínez y Karla Calidonio.  "Ummm...tantas personas recomendando es buena señal."- pensé. Y mis amigos no se equivocaron.

Pero no es tan fácil llegar (tampoco es complicado). Ubicada a escasas dos cuadras de las oficinas de CONATEL, hay que dar unas vueltas para llegar a este escenario en donde el agitado ritmo de la vida urbana simplemente desaparece. Allí, Tegucigalpa se olvida. Afortunadamente, si ustedes piensan que no van a encontrar esta meca del café hondureño, simplemente llaman a Marco con el debido tiempo y él les indicará cómo llegar. De hecho, es la manera correcta para hacer una reservación y contar con un verdadero servicio personalizado (Cel. 32762567)

He visitado Art Capjé en dos ocasiones. Cada visita se convierte en una experiencia más que agradable de dos o tres horas, de principio a fin.  Comemos, platicamos y degustamos cafés de diferente regiones cafetaleras preparados mediante diferentes métodos de infusión y  filtraje. Pero sobre todo, aprendemos del café hondureño. Del buen café hondureño: cafés especiales, cafés certificados. Todos cafés gourmets.

Tras solo un año de abrir las puertas de su casa, Marco y su esposa Gabriela han comenzado a cumplir con su sueño: demostrarle al hondureño que tiene un buen café. Para hacerlo, Marco comienza cada servicio con  una breve descripción de los distintos cafés que tiene al momento. A veces son Café Capucas, otras son blends de Marcala; de repente un café de origen traído directamente de una finca en las alturas de Intibucá. O como el viernes, un café de Ocotepeque. Marco solo maneja micro lotes de cafés gourmets.

Después viene la molienda. Con la habilidad del experto, buscará la molienda indicada para cada tipo de café, para cada método de preparación. Porque tengan ustedes la completa seguridad que a lo largo de la jornada, degustarán varias tazas en diferentes métodos.Y aprenderán a reconocer las características que cada cafetera extrae del grano seleccionado. No es lo mismo, por ejemplo, tomar una infusión de Café Capucas por prensa francesa que por el método Chemex (o si prefiere una infusión más rápida, tal vez le interese degustar el método Clever).

Guiados por el conocimiento de Marco, con su suave hablar y por su amor por el café hondureño, las horas transcurrirán sin que se percate del mundo exterior. Además, entre sorbo y sorbo, ustedes pueden leer cualquiera de los muchos libros que están a la mano o apreciar (y comprar) cualquiera de las obras de arte que adornan las paredes de las dos acogedoras salas.

También pueden saborear las delicias que prepara Gabriela. Arquitecta y compañera perfecta de Marco, se encarga de la cocina en medio de las responsabilidades familiares. En Art Capjé ustedes pueden tener el desayuno perfecto desde las siete de la mañana o una agradable y privada plática de negocios a las diez de la noche. ¿Mi recomendación? Vayan con la persona correcta, o en grupos muy pequeños e interesados en descubrir en verdad, el mundo espectacular del café hondureño.

A lo largo de mis dos visitas, ya he tomado cafés preparados en cafeteras aero espress, Chimex, sifón japonés, máquina espresso y prensa francesa. ¿Bebida favorita? Un espresso con leche y un ligero toque de chocolate negro. Un verdadero moca con café de Ocotepeque SHG.

Esta ha sido una de las mejores tazas de café de toda mi vida. Pero tal vez, tal vez, esta semana deguste algo más allá de eso. Si ustedes van, recuerden que para entender y saborear el café, uno tiene que conocer todo el proceso, desde la semilla hasta la taza. Y si pueden, pidanle a Marco una taza de café de Intibucá cosechado a los 1700 metros. ¡Una verdadera delicia!

Los veo mañana con la segunda parte de "Una historia incompleta"

Que La Fuerza nos acompañe...siempre.


                                          Marco Ayestas: un ingeniero con alma de barista.



                                  El sifón japonés; un método de infusión de mucha historia.


                                         Bocatta de pastrami de pavo con albahaca del jardín
                                                                                 Foto: Pili Luna Canahuati


                            Es mucho más que una sala íntima donde tomar café. Es un hogar.


                                                            El maestro en acción.


Posdata: me olvidé de comentarles sobre la importancia que ejerce don Narciso P. en esta casa. "Chicho" como lo llaman los amigos, es todo un personaje que influencia, a diario y para bien, a Art Capjé. Si pueden, platiquen con él.

Comentarios

  1. Debido a la diversidad de café existente, resulta necesario tener una buena cafetera italiana, ésta por su fácil manejo nos evitar problemas en la programación del café que deseamos pasar, me parece excelente, además que tiene precio accesible.

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