¡Ufa!...qué dolorcito de cabeza traigo

Gooooooooood morning Vietnam!   ¡Buiti binafi numadas! 

Cuando era joven y vivía en Monterrey, México, solíamos pasarnos de copas con los amigos con relativa frecuencia (nótese la elegante forma de decirlo). A la mañana siguiente, despertaba con aquellos terribles malestares que todos, o casi todos, conocemos. ¿Sí o si?

Así que para curarme, lo primero que hacía era ponerme unos shorts, calzarme mis tenis y bajar a la cocina para dejar calentándose sobre la estufa, una sopita de pollo bien condimentada. Luego, salía a correr unos tres o cuatro kilómetros por las calles de la colonia para, según yo, sudar todo lo malo que me había bebido la noche anterior. "Vete fuera de mi Satanás"...gritaba mientras corría.

Cuando regresaba a mi apartamento, la sopa ya estaba en su punto y me servía un par de raciones más que abundantes, acompañado de una buena coca cola bien fría (lo siento, pero no es un anuncio publicitario, sino la pura verdad).  Consumido el almuerzo, me daba una buen baño y de vuelta a la cama. Santo remedio.

Con el paso de los años y el cambio de geografía, dejé esas prácticas (bueno, la verdad es que solo la parte de la "corrida").  Pero dicen que "El gallo viejo mata con el ala" y he descubierto que eso de curarse "la goma", "la cruda", "resaca", "guayabo" o "hangover", depende mucho de la edad de la persona y de la cultura que lo envuelve.

En el año 2005, el British Medical Journal compiló todas las curas caseras disponibles en el mundo para contrarrestar los efectos de la ingesta excesiva del alcohol. Y lo más importante fue su conclusión final: lo que a unos les queda, a otros no.

En México, por ejemplo, es común quitarte "la cruda" con un buen plato de chilaquiles en salsa verde.  En Estados Unidos, un buen desayuno con huevos fritos, tocino, salchichas es parte de la receta. En Honduras, una sopita de res o de mondongo es lo recetado. (aunque ¡Uy!.. una sopa marinera te deja como nuevo). El chiste es volver a hidratarte.

Ahora bien, ¿por qué nos sentimos tan mal después de beber en exceso? Porque cuando bebes alcohol, estás ingiriendo etanol, una sustancia que nuestro cuerpo metaboliza a través de dos enzimas (ADH y ALDH), que se localizan en el estómago y en el hígado. Mientras la enzima ADH convierte el etanol en acetaldehído, una sustancia muy tóxica, la otra, la enzima ALDH, lo convierte en acetato que no es tóxico.  Ya sabrán cuál es la que nos deja maltrechos...

El acetaldehído va a provocar una cascada de reacciones quimicas que va a afectar a diversas partes del organismo. Lo primero es la deshidratación: el alcohol le dice a nuestros riñones que orinen más, por lo que uno termina excretando más líquido del que bebe. Esta es una de las principales razones del dolor de cabeza y la sequedad de boca.

El alcohol también irrita el forro del estómago, lo que nos causa las náuseas. También por culpa del alcohol se inhibe la producción de glucosa y ciertos nutrientes en el cuerpo, resultando en bajos niveles de azúcar, y vitaminas, lo que nos causa fatiga. Esto a su vez nos lleva a estar inestables e irritables. La falta de glucosa también nos impide concentrarnos y también que nos moleste la luz y el sonido.

¿Curas?...Raza...¿qué les puedo decir?. Tomen líquidos (el Gatorade o la Coca Cola son buenos), descansen y pueden tomar vitamina B12. Esta vitamina es indicada por algunos doctores para los casos de intoxicación alcohólica...pero para ser francos, ¿quién diablos compra vitamina B12 para armar una fiesta?

"So", como dicen los norteamericanos, a estas alturas del partido es bueno acordarse de El Filósofo de Güemez: "Cuando pica una hormiga, no hay más dos cosas por hacer: rascarse y esperar a que salga la roncha"

Hoy es el primer día del 2014. Que los agarre en la cama.

Que la Fuerza les acompañe...siempre.

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