Una historia que puede cambiarlo todo



                         "Exploraciones y aventuras en Honduras" William V. Wells. 1857.


Gooooooood morning Vietnam!  ¡Buiti binafi numadas!

¡Es sábado! El mejor día de la semana. ¡Que maravilla!

He tenido dos meses intensos y extraordinarios. Particularmente el último. Terminé un proyecto con el Grupo JAREMAR que me llevó por fincas interminables de palma africana, fábricas de aceite vegetal, margarina, jabones, detergentes, sopas instantáneas, frijoles en bolsa y harina. Aprendí un montón de cosas que no sabía, pero sobre todo, conocí a mucha gente pinta.

Por otro orden de ideas, y gracias a una gentil invitación del Centro Cultural de España en Tegucigalpa, fui jurado de uno de los premios literarios más importantes del país. Una honrosa distinción que me permitió disfrutar de una cantidad impresionante de extraordinarias obras inéditas.

La Secretaría de Relaciones Exteriores está presentando mi exposición "Honduras Indómita" en Ginebra, Suiza y en Santa Tecla, El Salvador. Y mi amiga Fabiola Maldonado me ha invitado a exhibir mi nuevo proyecto "La Costa de las Orejas" en Alemania en noviembre próximo.

Así que hay felicidad. No hay dinero, pero hay salud. Hay vida. Y como decía Pedro Infante: "Yo no le pido a Dios que me dé...nomás que me ponga donde hay".

Pero yo tengo una deuda con ustedes. Hace un par de meses les hablé de un descubrimiento que podría cambiar la historia precolombina de Honduras y tal vez, la de América. Tal vez exageré en mi afirmación, pero no tengo forma de comprobarlo. O mejor dicho, puede ser que haya un dejo de verdad en lo que digo.

Con el grupo de amigos que trabajamos en el hallazgo, tratamos de conseguir fondos con las autoridades más altas del país. Pero, no se pudo; el gobierno está en quiebra total. Es más, hablé con amigos de la UNAH y de Harvard, pero todavía no he tenido respuestas de ellos.

El tiempo transcurre y me da miedo que no se haga nada. Que volvamos a quedar en oscuras gracias a la perenne inactividad. La ausencia de investigación científíca es como tenernos de nuevo en la Edad Media.

Así que he decidido compartirles el hallazgo. Sé que habrán reacciones fuertes por parte de críticos y autoridades. Pero prefiero eso a este silencio que agobia nuestras escuelas, colegios y universidades.

¿Lunes?...¿Les parece este lunes para darles la noticia?  Así será.

Mientras tanto, mis hijos y Tom ya regresaron de pasear a los perros en el cerro vecino. Y vienen con un hambre de miedo. Así que mejor me voy a encender el fogón...

Que La Fuerza nos acompañe...siempre.

Posdata: les vuelvo a dejar una pista sobre el hallazgo.

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