Una anécdota de domingo por la noche

El éxito de la telenovela fue simple y llanamente arrollador. Pocas telenovelas han "pegado" tanto en Honduras como Las Amazonas. Y casi podría jurar que de alguna manera, cambió la mentalidad de las hondureñas de esa generación.

Ese año o al siguiente, llegó Jorge Rigo invitado al Festival OTI Honduras. Rigo era el cantante del tema principal del citado "culebrón" venezolano y una celebridad  por estos lares de América. Él iba a ser la estrella del festival.

Para esa época yo trabajaba en Televicentro y para ese edición del festival había sido designado como floor manager de la transmisión por televisión.  Durante el ensayo general, pocas horas antes del espectáculo en vivo, Rigo se me acercó y me dijo:
.- "Mirá, a mitad de canción te voy a hacer una señal y necesito que me des todo el cable del micrófono porque quiero bajarme del escenario e ir a cantar con el público".

Yo tenía 22 o 23 años y no era nadie. Él ya era Jorge Rigo y a mi me dio pena decirle que solo teníamos nueve metros de cable en el micrófono. Era imposible que él bajara del escenario del Teatro Manuel Bonilla para estar con el público. Peor aún, no había manera de conseguir más cable. Eso iba a ser un fracaso.

Las horas siguientes fueron de angustia total. Comenzó el festival y uno a uno fueron desfilando para cantar los participantes. Ya cerca del final y mientras los jueces decidían quién era el ganador, llegó el momento esperado por el público presente: Jorge Rigo en persona y cantando. La gente se volvió loca; las mujeres gritaban y lloraban  histéricas, enamoradas. Ahí estaba él cantando "Sola", el tema musical de Las Amazonas.

Faltando un tercio de su canción para terminar, mi miedo se cumplió. El cantante  me miró, bajó su cabeza como mandándome una señal de complicidad  y comenzó a caminar hacia las gradas del escenario que conducen al público. Yo empecé a sudar frío...¿se iba a caer cuando topara el cable? ¿Se desprendería el micrófono del cable?

Rigo dio un paso en las gradas. Dos pasos, tres pasos...y de pronto, vi como su cuerpo se detuvo en seco. Una fracción de segundo pasó y el mundo, para mí, también se detuvo. Él intento caminar otro paso y el cable se volvió a tensar. Rigo se detuvo. No tenía más cable y ya él lo sabía.

Sentí su mirada mucho antes que girara la cabeza buscándome.  Yo solamente pude encoger los hombros y mirarlo apenado. Bajé la cabeza.

Jorge Rigo no se cayó. El micrófono tampoco se separó de cable. Cantó desde las gradas con todo su profesionalismo y el público terminó aplaudiendo a más no poder. Su presentación fue un éxito inolvidable y yo nunca conté la anécdota.

Cada vez que veo este video o escucho la canción, recuerdo con tristeza haberle fallado al gran cantante chileno de los años ochenta.

Las cosas que uno recuerda los domingos por la noche.

Que La Fuerza nos acompañe...siempre.

https://www.youtube.com/watch?v=P5PcDL9hkCY

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