Som forein fun fai...and Corn Flakes de Kellog´s

(ESTA ES UNA NOTA EN PROCESO....an ongoing article)


Goooooooooood morning Vietnam!

Caminaba muy temprano en la mañana por la Primera Calle de mi ciudad natal, cuando me topé con el letrero de $3SW°!"" Training Center, justo a la par de la coqueta tienda 23se!!?++** Lingerie Shop. Habia doblado en la esquina de TGF, muy cerquita de KFC, y por un momento no supe si estaba en la Main Street de algún poblado norteamericano o afrontaba algún desvarío provocado por el calor y la humedad de mi querida San Pedro Sula.

Logré sobreponerme y recordé que dos días antes había acompañado a un alero a comprar una Big Mac en un Drive thru y casi no le entendí a la simpática muchacha cuando nos sugirió acompañar el combo con el Kid´s meal en promoción.

Por supuesto, como nunca voy a estos sitios de comida chatarra, el producto no lo conocía y no sabía de lo que me estaba hablando. Pero lo que más me dejó Knock out fue el acentito con que me lo dijo. Porque francamente no sabía en que idioma me estaba hablando. Y creo que ella tampoco.

Debo reconocer que no es la primera vez que esto me pasa en Honduras. De hecho, esta confusión lingûística comenzó hace más de dos décadas, cuando regresé de estudiar de México. Por esos azares del destino, tras permanecer un par de meses en San Pedro Sula, tuve la oportunidad de venirme a Tegucigalpa para trabajar en la Corporación Televicentro. Pues bien, conociendo gente aquí y allá, me sorprendió muchísimo cuánto hablaban diariamente en inglés, las personas de la clase social más alta de la ciudad.

Gracias a Dios (y al esfuerzo de mis padres), yo había aprendido el inglés en mis años de cipote en el Centro Cultural Sampedrano. Haberlo aprendido siendo un pre adolescente fue una buena decisión porque es en esa época de la vida cuando se consolidan y cierran los procesos psicolingûisticos (¿Cierto mi querida maestra Abigaíl?). Lo que quiero decir es que más o menos, I mastic English desde chico (o medio entiendo Cartoon Network).

Pero debo reconocer que cuando regresé a Honduras, nueve o diez años después, me extrañó mucho oír tanto uso innecesario del inglés en la vida diaria. Habiendo estudiado en una de las mejores universidades de Latinoamérica (again, gracias al esfuerzo de mis padres), se me hacía raro y hasta ofensivo que los jóvenes recién graduados como yo no usaran el rico español  o peor, que utilizaran el inglés como una especie de barrera para mantener el status quo, el elitismo social. Por supuesto, no todo el mundo lo hacía y habían notables y muy saludables excepciones.

Eran los años ochenta, la época de la guerra sucia y recuerdo que pensé: "Esto solo fomenta la división de clases, los secuestros, el odio y el resentimiento social. ¡Que tontos!"

Los años pasaron, el Muro de Berlín cayó (la URSS también), y el inglés se extendió como un idioma universal en la mayor parte del planeta. Queramos o no, el inglés es ahora una especie de lengua franca en muchas regiones del mundo. En nuestro país, su uso ya no es prerrogativa de los círculos más altos, sino también de todos los wannabes y de cualquier persona que desea progresar en la vida.

En Honduras las escuelas bilingûes se han multiplicado como hongos aunque no necesariamente del tipo de hongo apetecido por todos. No todas las escuelas que enseñan en Inglés y Español son buenas. Quizá porque el orden correcto de enseñanza aprendizaje debería ser Español - Inglés.

Ahora es común escuchar en los Malls o en los Coffee bars a jovencitos de secundaria y universitarios hablar un inglés con acento a profesor latino en país latino. Tan común que a veces pienso que estoy nuevamente cruzando a pie algunos de los puentes allá en el Río Bravo (donde se entiende que el lenguaje que surge es parte del encuentro físico de dos culturas).

Es como una fiebre...una mala fiebre.

No me mal interpreten. Por un lado, estoy plenamente convencido de que Estados Unidos es un gran país. Admiro mucho su pragmatismo cultural, sus grandes obras de infraestructura, su sentido de nunca perder, la veneración al orden,  las oportunidades que el sistema brinda a todo el mundo y la importancia que le dan al voluntariado ciudadano (algo que nosotros no hacemos).

Siendo totalmente sincero, me gusta viajar allá y visitar sus museos, aprender de sus investigaciones, estudios, leer sus revistas, periódicos, comprar cosas, pero jamás viviría en ese país. Llámenlo "La maldición del fríjol" si quieren, pero prefiero vivir en esta tierra mía, comer frijoles (cuando hay), tomar de mi café y hablar español.

A lo que me opongo es a este proceso sin freno de transculturización que se está dando aceleradamente en nuestro país. Y es porque al ser nosotros la cultura receptora, perdemos nuestra identidad, nuestros valores, nuestras tradiciones, nuestra forma de ser. Got it?

Y si ya no somos de aquí, créanme que mucho menos de allá.

Porque no importa lo que usted piense o sueñe, si usted mide menos de 1.65 m, tiene piel morena (o vaya, trigueña clara), pelo colocho (aunque se lo planche todas las semanas), dice "Vaaa..." en vez de "Verdad"  y le fascina el plátano frito con mantequilla escurrida,  permítame decirle que usted fue, es y será catracho o catracha de por vida. Por más que se llame Jennifer, Ashley o Mike (si de todos modos, al final your Last name es Pérez, Sosa, Martínez o Bendeck). Uno es lo que es. Punto.

Desafortunadamente  o no, algunos medios de comunicación masiva tienden a reforzar este proceso de pérdida cultural  y vemos como, muy especialmente las revistas de vanidades, ahora utilizan titulares en otros idiomas que no son el español. Tal vez suena más Chic...¿o más Cool?

Yo creo que este uso del inglés es excesivo. Esto solo fomenta la división de clases, los secuestros, el odio y el resentimiento social. Y por supuesto, nos volvemos más ignorantes de nuestro propio país.

Entiendo perfectamente que muchos de nosotros hemos tenido que abandonar la tierra natal en pos de la supervivencia. Y eso es un derecho de todo humano. Pero vivir aquí, hablando como si fuéramos de allá es como razonar fuera del recipiente.

En fin, oponerme a la globalización, a lo trendy, es una  verdadera pérdida de tiempo. Pero no puedo quedarme callado. Yo sugiero que, o nos vamos todos para los "States" (la IUSA le dicen los incultos) o nos quedamos todos aquí comiendo m... Pero por favor, organicémonos porque estos desórdenes mentales me tienen friqueado.

 ¡Pongámonos clear!

Que La Fuerza nos acompañe...siempre (o si prefieren: May the Force be with us...always).

Posdata:  Oh My God!, nos vemos el miércoles si se puede. Si no, pues no.




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