El Gitano

Ciertos domingos, no todos, la vida me daba la maravillosa oportunidad de vivir una aventura nueva a todo color. O mejor dicho, en Technicolor.

Algunos domingos me llevaban a los matinée del Cine Tropicana en mi natal San Pedro Sula.  ¿Valor de la entrada? Un lempira luneta y dos lempiras palco.

Yo era un cipote de escuela, tal vez cuarto o quinto grado. Si  iba al cine era porque me llevaban mis hermanas que ya estaban en el colegio. Ummm ...no. Corrección: mis papás me mandaban de "violín" de ellas.

A mi no me importaba  la etiqueta ni la misión que, tácitamente, me encomendaban. Mis hermanas Paty, Miriam o Elisa  me compraban palomitas, una Coca Cola y me sentaban para que esperara la película, mientras ellas, por supuesto, se iban a otras butacas con sus amigas y amigos.

Lo digo de nuevo; a mi no me importaba (y tampoco entendían para que se separaban de mí). Apenas comenzaba a correrse el inmenso telón negro que cubría la pantalla, el mundo se detenía. Lo que venía era simplemente mágico.

Lo primero en proyectarse era el noticiario de la UFA: "El Mundo al Instante". Noticias de Europa y África filmadas en cine y con audios en español. Reminiscencias de una época anterior. El mundo al alcance de la mano.

Después venían los avances; "los cortos" de las películas que llegarían en un futuro. "Trailers" les dicen ahora.

Finalmente, la película de la mañana. Los matinée eran para niños y jóvenes. Así que si yo iba de "violín" de mis hermanas, entonces seguramente, miraríamos alguna película romántica con Raphael, Rocío Durcal o quizá, Sandro de América.

Ah...Sandro. "El Gitano". Con razón lo odiaban tanto las abuelitas...

https://www.youtube.com/watch?v=gww4KT1CC1E









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