Fotografía 101...Nuestra huella


                                         "El jardín secreto". Proyecto PROCORREDOR. 
                                                                                          Arturo Sosa 2012.



  Para buscar aquel estrecho (el Estrecho de Tierra Firme que lo llevaría a la Tierra de la Espicería), y no habiendo en aquellas islas de las Guanajas cosa de valor, sin otra demora navegó hacia Tierra Firme, a una punta que llamó de caxinas, porque había en ella muchos árboles que producen unas manzanillas algo arrugadas, y tienen el hueso esponjoso, y son buenas para comer, especialmente cocidas, a las cuales llaman caxinas los indios de  (la isla) La Española…acudieron a la playa  más de cien indios, cargados de vituallas, esperando a los nuestros, ofreciendo sus presentes al Adelantado tan pronto como llegaron; y luego se apartaron sin decir palabra….volvieron al día siguiente al mismo lugar más de otros doscientos, cargados también de vituallas de varias clases, a saber, gallinas de tierra que son mejores que las nuestras, ocas, pescado asado, habas coloradas y blancas semejantes a frijoles…la tierra era verde y hermosa, aunque baja…”



Así describe Hernando Colón la llegada de su padre a lo que ahora conocemos como Honduras, en 1502. El relato se encuentra en su  libro “Vida del Almirante Cristóbal Colón” y en el que un poco más adelante se lee: “la gente de este país es casi de igual disposición que en las otras islas, pero no tienen las frentes anchas como aquellos, ni muestran tener religión alguna. Hay entre ellos lenguas diferentes y generalmente van desnudos, aunque traen cubiertas sus partes vergonzosas. Algunos usan ciertas camisetas como las nuestras, largas hasta el ombligo, y sin mangas. Traen labrados los brazos y el cuerpo con labores moriscas, hechas con fuego, que les da un aspecto extraño. Algunos llevan pintados leones, otros ciervos y otros castillos torreados, y otras figuras diversas…”


      Capítulo tres: "Nuestras huellas"
     "El jardín secreto" 
      Proyecto PROCORRREDOR. 
      Arturo Sosa, 2012.



¿Para qué me ha servido la fotografía?  Durante muchos años traté de encontrar la forma perfecta; la luz ideal, la composición sorprendente, los colores del arco iris, la abstracción del blanco y negro. 

Pero con el tiempo, se fue convirtiendo en una herramienta más para satisfacer mi curiosidad por el mundo que me rodea. No por el que yo inventaba o veía en mis sueños de artista, sino el real, el tangible y curiosamente todavía desconocido.

Como la historia de Honduras. 

Tardé toda una vida en leer esta parte de nuestra historia. Toda una vida. Un par de párrafos que deberían de habérmelos leído en la primaria, en la secundaria. En la universidad. O yo haberlos buscado antes, ya que no me los daban.

Por eso torné mi cámara hacia la fotografía documental abandonando la fotografía comercial. Ese género que abarca la fotografía publicitaría, la fotografía de glamour, la de propaganda política y varios más. 

Ahora, sin luces de flash, sin equipo de asistentes, sin vedetismos ni retoques en Photoshop, busco capturar lo que todavía no sé. Lo que encuentro mientras recorro el país. 

Como estas monedas antiguas; macacos españoles de a ocho en plata, posiblemente acuñados en México o Perú en el siglo XVIII y encontrados en la Bahía de Trujillo.

Hay tantas cosas por aprender, por descubrir en esta Honduras nuestra. 

Y la cámara me ayuda a hacerlo. Me ayuda a encontrar nuestras huellas como nación. Me gusta la fotografía documental

Que la Fuerza nos acompañe...siempre. 


Posdata: "Nuestras huellas" es el capítulo que les compartiré el próximo sábado en compañía de mi amigo Tom. El domingo lo haré por Diario La Prensa. 

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