Una tarde hondureña con un caballero "Fino"




Estoy sentado viendo caer la tarde del viernes en las montañas de Santa Lucía. El aroma del puro se mezcla perfectamente con mi ánimo, con el olor de las primeras lluvias de invierno y con este momento de paz.

Sí, volví a fumar puro. ¡Ah, que delicia! Y valió la pena hacerlo con un extraordinario puro hondureño.

Me convenció esta muchacha de Maya Selva. Me convenció su amor por el Valle de Jamastrán y por las manos que trabajan cada puro con pasión y destreza. Me convenció reafirmar que Honduras sigue siendo uno de los principales productores de puros finos del planeta. Curiosamente, ese es el nombre del puro que estoy saboreando: "Fino".

Comencé a fumar puros cuando era Editor de Honduras Tips. Sabía que los puros hondureños eran afamados en el mundo entero, pero no sabía las razones. Así que decidí viajar a Santa Rosa de Copán y visitar la planta de La Flor de Copán para descubrir el por qué de tanto renombre internacional.

Recuerdo que el día que llegué a la fábrica habían tres compradores rusos armando su propia "liga"; su propia receta, su propia marca. La Flor de Copán se los iba a producir de acuerdo a la combinación de hojas de tabaco que ellos decidieran. Quedé impresionado. ¿Tanta era la fama de Santa Rosa?

Ese día hice el primero de varios recorridos que llegué a hacer por la planta a lo largo de un par de años. Fui testigo del ritual diario de catación; ese mágico momento de la mañana cuando el gran patriarca tabacalero, don Jorge Bueso Arías, junto a su sobrino Melo y media docena de expertos fumadores, empleados todos, fuman muestras seleccionadas al azar de todos los puros hechos el día anterior. Los veredictos eran y son estrictos e inapelables: la calidad debe de ser total. Y no es para menos, porque en esos tiempos cerca de 50,000 puros eran hechos a mano diariamente en La Flor de Copán.

A partir de ese momento traté de aprender cuanto pude sobre el tabaco. Fuí a Danlí, el otro gran bastión de los puros hondureños y conocí a un hombre extraordinario: Rolando Reyes, fundador de Cigarros Puros Indios. El viejo maestro cubano había escogido La Ciudad de las Colinas como su hogar desde hacía muchos años y allí producía, con la paciencia que da la sabiduría, sus afamados puros.

No es de extrañar. Las tierras de estos lares son cuna de quizá, los mejores tabacos del mundo (escenario que compartimos con la vecina ciudad de Estelí, Nicaragua). Esta tierra de pinos y predominantemente arcillosa, imprime al tabaco aromas y sabores a resina, pimienta y almendra verde. El clima caliente y sin altos porcentajes de humedad repercute en un tabaco con menos grasa y menos azúcar, pero con mucha persistencia en su sabor. Tabacos de primera calidad.

Con el paso del tiempo renuncié a mi trabajo en la revista y dejé de viajar por todas partes. Regresé a la casa, a cocinar, y tal vez, por los niños, dejé de fumar (aunque yo creo que fue "porque siempre olvidaba la maldita guillotina").

Hasta ahora.

Fumar puro es un placer adquirido.Y fumar un "Fino" es una buena manera de volver a hacerlo. Un puro de iniciación que juega con los aromas de la madera, la pimienta negra, el café verde y flores blancas. De color claro, el Fino es un puro "Premiun", hecho a mano y de tripa larga (es decir, relleno de hojas enteras de tabaco) con una capa final de tabaco Connecticut Ecuatoriano de Talanga (lo que indica el orden de procedencia de la semilla de ese tabaco en particular). Pertenece a la nueva marca "Flor de Selva" de la muy hondureña Maya Selva.

Me gustan los puros hondureños. Me gusta Honduras.Y quiero aprender más de ella.Y si somos un país productor de puros con tanto renombre mundial es bueno que todos sepamos las razones de esto. Es cuestión de Identidad Nacional.

Me despido con los saludos de mi amigo Tom Sawyer.

Posdata: Mark Twain, quien fue el primer gran amigo de Tom, solía decir. "Si no es permitido fumar puros en El Paraíso, prefiero no ir".

Nos vemos el lunes, si el Chavo de Arriba lo permite.

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