Política 101...Carta abierta a Tito

Estimado Tito:

Permitame comenzar como se debe: Usted sí es un buen Alcalde.

En el primer mes de su gobierno, Usted invitó a los representantes de las principales empresas constructoras de Tegucigalpa a una reunión privada y les expuso, clara y sinceramente, la situación del Trans 450.

Sin medias tintas, les informó que ya no había dinero para seguir con el proyecto; que el mismo tenía serios errores de diseño y que para colmo de males, no se habían comprado los derechos de vía de los retornos.

Sin recovecos de político barato, les pidió su comprensión y ayuda. Paciencia.

¿Cierto?

Bueno, desde ese momento, Usted se mereció mi aplauso.

Usted decidió cargar con un muerto ajeno. Un muerto de tres días. Pero por fin, alguien decía la Verdad.

Desde entonces, y faltando ahora algunos meses para terminar con su período, es claro que la ciudad entera ha sufrido un enorme cambio. Uno positivo.

Le voy a contar algo. Yo no vivo en Tegucigalpa, pero la visito casi a diario.Y cuando vengo a la Capital, me desplazo generalmente a pie, o en bus o en taxi colectivo.

Allí se escucha de todo y se conversa de todo. Y créame que la gente de la calle, la afición de "Sol" siempre lo alaba.

Comentarios como "Ese hombre va a dejar bien la capital" son frecuentes. "Ahora sí hay Alcalde", también. La gente de la calle aplaude su sencillez, el caminar sin guardaespaldas (se ve que no los necesita), y ciertamente he escuchado en más de una ocasión que Usted suele aparecer a las once de la noche en tal o cual proyecto público para supervisar los avances. También he escuchado como ha apoyado a personas de escasos recursos con bolsas de cemento o ayudas de diversas índoles (y me consta que lo ha hecho).

Cierto es también que no dejan de existir comentarios negativos. Pero esos son los menos. Y en esos casos, todos terminan diciendo que por lo menos Usted está dejando obra, no como él .... que gastó el  el pisto y no hizo nada en tantos años. Tantos años.

Ya vé cómo es la gente.
 
En fin, manejar Tegucigalpa no debe de ser fácil. Una ciudad que vive de la política, el paracaidismo, el chambre, las apariencias, las traiciones, los contratos de publicidad, las palillonas, los ex presidentes negociando salvación, y por supuesto, las compras y obras amañadas. Un pueblón donde todo el mundo se conoce ( Ah..."Pueblo chico, infierno grande").

Tegucigalpa es, desafortunadamente, una ciudad sucia con un Centro Histórico olvidadopor todos. Caótica en su geografía y en su actitud. Asoleada por las maras y los impuestos de guerra (perdón, ¿dije funcionario o mara). Una ciudad donde cada quien se defiende como puede. Encerrada entre muros con serpentina y fraccionada por "calles seguras".

Una ciudad de conjuntos residenciales con cientos de casas pegadas unas a otras. Gente apiñada donde los niños ya no juegan en las calles (y  por supuesto, Usted sabe lo que pasa en un gallinero cuando se meten más gallinas de las que deberían caber: Canibalismo).

¿Recuerda cuando se hablaba de Tegucigalpa como "La Culta"?  Ese brillo se perdió.

Revivir Tegus es labor de titanes y Usted ha comenzado bien. Es un buen constructor de grandes obras grises. El mejor que ha tenido la ciudad en años.

Y como va tan bien, quiero repetirle un comentario que la misma gente de los taxis y los buses repite con harta frecuencia: "Va bien, pero ojalá que no siga cortando árboles".

Tito: la gente se está muriendo del calor. De tanto edificio con enormes ventanales azules, sin cornisas (como copiados con papel calca), sin arquitectos y sin ningún árbol que les de sombra. Edificios invernaderos.

Calor por tanto motor de aire acondicionado que está encendido en carros, casas y oficinas.

Calor por tanto pavimento, tanto, que me recuerda el fenómeno de "Isla de Calor". ¿Así le dicen, verdad?

La gente se está muriendo de calor y ya no hay brisa que aligere las penas. Ni sombra que proteja.

Cada día hay menos árboles que atrapen el dióxido de carbono de los buses, taxis, fábricas y liberen, a cambio, oxígeno.

Cada día hay menos árboles; menos evapotranspiración y menos lluvias.

Ya no hay árboles ni áreas verdes y sin ellos, esta es una ciudad gris. Y el gris no es un color bonito para un sitio donde viven personas. Un sitio donde deberían de jugar los niños. Un espacio comunitario donde la vista se debería detener con solaz alegría.

Una ciudad sin árboles no es sana. No lo es para los pulmones, ni para la piel, ni para el ánimo.

Una ciudad sin árboles es una ciudad fría. Igual que cualquier otra. Llena de gente colérica. Exaltada. Violenta.

Tito: Usted ya tiene ganada la reelección. Sin necesidad de contratos de publicidad en los medios de comunicación, sin cincuenta pesitos. Sin buses alquilados. Sin odioso asesor extranjero ni agencia de publicidad extranjera. Sin estadísticas maquilladas.

A Usted la gente Sí lo quiere y respeta. La tiene Fija.

Ahora convierta Tegus, también, en una ciudad bonita y fresca. Vivible.

Lo puede hacer.

Atentamente

Arturo


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