Honduras indómita...un viaje al pasado

                                                            Copán por Frederick Catherwood. 1839.


El viaje fue más que agradable.

Tenía muchos años de no regresar a Copán Ruinas. Con alegría pude ver que pocas cosas han cambiado en uno de los pueblos más visitados de Honduras.  Continua siendo proverbial la calidez de su gente y la seguridad al caminar en sus calles empedradas; lo mismo que una muy diversa y mesoamericana gastronomía local, la cual se ha fusionado exitosamente con las últimas tendencias culinarias internacionales (una razón más que deliciosa para volver).

Viajar a Copán Ruinas es siempre un placer. A lo largo de todo el año, el pueblito es visitado por miles (literalmente) de turistas extranjeros de todas las razas y todas las nacionalidades. Copán es sin duda, el pueblo más cosmopolita de la Honduras de tierra adentro.

Por supuesto, la razón principal de tantos visitantes es por tener un contacto con la mítica Ciudad - Estado de Copán; la más artística y sureña ciudad del Mundo Maya. Una fama de más de 400 años y que la ha convertido oficialmente en la ciudad maya más estudiada por los investigadores y especialistas.

Las primeras noticias que se dieron de la legendaria ciudad las brindó el Oídor don Diego García de Palacio, en su carta al rey Felipe II, fechada el 8 de marzo de 1579:

"...en el primer lugar de la provincia de Honduras que se llama Copán, están unas ruinas y vestigios de gran población y de soberbios edificios tales que parece que en ningún tiempo pudo haber en tan bárbaro ingenio como tienen los naturales de aquella provincia, edificios de tanto arte y suntuosidad, es ribera de un hermoso río y en unos campos bien situados de tierra de un mediano temple, harta de fertilidad y de mucha caza y pesca. En dichas ruinas hay montes que parecen haber sido hechos a mano y en ellas muchas cosas de notar. Antes de llegar a ellos se encuentra una piedra grandísima en figura de águila y hecho en su pecho un cuadro de una vara de largo y en él, ciertas letras que no se sabe que sean..."

Casi trescientos años después, en 1834, John Gallagher, un coronel irlandés asentado en Guatemala y más conocido como Juan Galindo, recorrió Copán e hizo observaciones muy precisas sobre el estado de las ruinas arqueológicas y su parecido con otros asentamientos similares en Guatemala.

Fueron estos relatos publicados por Galindo en Europa, los que motivaron a un norteamericano y un inglés, apellidados Stephens y Catherwood respectivamente, a viajar por Centroamérica y Yucatán en busca de estas miticas ciudades precolombinas escondidas en lo más profundo de las selva.

En 1839, John Lloyd Stephens y Frederick  Catherwood llegaron a Copán para explorar y registrar lo más posible la ciudad en ruinas. Catherwood, además de un experimentado explorador, era también dibujante, arquitecto y fotógrafo. El inglés era la pareja perfecta para Stephens, quien era un consumado escritor.

La pareja de exploradores se mantuvieron trabajando juntos durante mucho tiempo; en 1841, publicaron el libro "Incidentes de viajes en Centroamérica, Chiapas y Yucatán", obra que ahora es un clásico entre los libros de exploración y arqueología. 


Mientras descansaba de mi viaje en el Hotel TERRAMAYA (más que recomendado), tuve la suerte de encontrarme con un libro que ya ratos quería leer: "The Lost Cities of the Mayas"(Las ciudades perdidas de los mayas).

En este libro, el autor se enfoca en la vida, el arte y los descubrimiento de Catherwood, haciendo énfasis en las maravillosas ilustraciones que hizo el explorador de aquél Copán del pasado, abandonado en medio de la selva. Huelga decir que los dibujos que realizó Catherwood  son un maravilloso y valiosísimo testimonio que valen la pena conocer. 

Como tuve tiempo de apreciarlas y asombrarme de su calidad, no pude menos que pensar que era una absoluta lástima que nunca hubiera tenido acceso a estas imagenes en mis tiempos de estudiante. Ni en la escuela, ni en el colegio.

Una verdadera lástima. Porque estoy más que seguro que si las hubiese apreciado a lo largo de mis años mozos, con seguridad estaría dos veces más orgulloso de Copán de lo que estoy ahora.

Y sé que muchos de Ustedes tampoco han tenido oportunidad de apreciarlas. Así que consciente de estar cometiendo un grave error al no solicitar el permiso al autor, les comparto bajo mi propia responsabilidad  algunas imágenes que hice de las ilustraciones de Catherwood. Y los motivo a buscar el libro y compartirlo a su vez con sus hijos, sus amigos, con todo aquél que quiera saber más de Copán, Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Gracias a Palacio, Galindo, Stephens y Catherwood, ahora entiendo un poco más el inmenso patrimonio cultural tangible de Honduras. Una Honduras que todavía, por definición, es profunda. Indómita.

Nuestra.


                                                            Copán por Frederick Catherwood. 1839.


                                       Copán por Frederick Catherwood. 1839.




                                              Copán por Frederick Catherwood. 1839.

 
                                                        El libro con las ilustraciones de Catherwood. 







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