Honduras Indómita...La llegada de un rey



El 6 de septiembre del año 426 d.C., un hombre  llamado K´u k´ Mo´Ajaw, proveniente de Tikal, ahora parte de Guatemala, fue coronado rey de una tierra lejana en una ceremonia que bien podría haber ocurrido en la antigua Teotihuacán del México Central.

Tres días después, el nuevo gobernante de Uxwitik, el original nombre maya de Copán, adquiere el título de K´inich y de ahí en adelante será conocido como K´inich  Yax  K´u´k  Mo´. Comienza entonces un viaje de 152 días que  lo llevará a su nuevo reino y al inicio de una dinastía que abarcará a quince reyes más. 

El 29 de diciembre del año 775, exactamente trescientos cuarenta y nueve  años después de su arribo, el decimosexto gobernante de Copán,  Yax Pasaj Chan Yopaat dedicó el monumento conocido ahora como Altar Q para celebrar la llegada del primer rey de Copán.  Para eso, ordenó escribir la historia del arribo de  K´inich Yax  K´u´k  Mo´ en la parte superior del altar y a sus lados, las imágenes de los quince gobernantes que le precedieron, más la suya propia.  

En la parte frontal del altar, aparece él, Yax Pasaj Chan Yopaat recibiendo el cetro de manos del rey fundador, demostrado con esto su linaje directo y su derecho divino a gobernar Copán. 

Copán tuvo un rey más, el número diecisiete, del que poco se conoce. Pero fue el último gobernante con quien la ciudad fue abandonada y sepultada por la selva.

Lo cual me lleva a pensar que la historia escrita en el Altar Q sobre la llegada de un rey a Uxwitik, ahora Copán, debería de estar en todos los libros de primaria y secundaria. 

¿Por qué? Porque Honduras es todavía, por definición, profunda. Indómita.

Nuestra.

   Parte frontal del Altar Q. El rey fundador entregando el cetro de mando al decimosexto gobernante de Copán. Ilustración de Frederick Catherwood. 1839.

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