"Hombre"...sin mayúscula

Estoy preocupado. Realmente preocupado. Lo que comenzó hace varios años, parece que se ha extendido y ahora es ya casi un hábito. Me da pena confesarlo, pero lo hago en aras del bien común y para evitar una epidemia, o peor aún, un nuevo Armagedón: la caída del mundo que hemos construido. 

Ya no hago cosas de "Hombre". 

Debo reconocer que esto no comenzó ahora. De hecho, desde que estaba en el colegio, en la secundaria, descubrí que no me gustaba escupir como macho, ni acomodarme las partes privadas ante todo el mundo (lo entiendo si estás jugando de linebacker en un partido de fútbol americano o en un combate de Karate do, pero si no...¿pa qué?). Y me costó un mundo aprender a decir malas palabras con naturalidad (aunque lo aprendí bastante bien, debo reconocerlo).

Tampoco nunca me gustó decirle groserías a las muchachas en la calle. Eso de "Psst...mami...";  "Tita...uy...";  "Corazón...dueña de mi pensión...";  "Bomboncito..." y cien más elevadas de tono,  pues como que nunca se me dio.

Así que no es una cosa nueva. Pero con el tiempo y los años, parece que se han multiplicado estos síntomas. Por ejemplo, ya no uso jeans apretados, ni fajas o cintos con hebilla de tractor y mucho menos, carteras abultadas en el bolsillo trasero. Lo que tengo, lo tengo. Y lo que no, pues no.

Ya casi no bebo alcohol, ni solo ni en reuniones.  Un par de cervezas (tal vez una más) y estoy más que satisfecho. La última "crápula" me la acomodé hace más de diez años y ni me quiero acordar de la crudita o goma que me dio al día siguiente. Con esa me quedo para el resto de mis días....

No voy al estadio los domingos y no salgo a beber con los amigos el viernes por la noche. No juego poker ni fútbol los sábados por la tarde. Y como no ya tengo "amigotes", ya no presumo mis legendarias proezas masculinas en la cama (que de legendarias, solo tienen el tamaño de las exageraciones y la cantidad de mentiras que curiosamente, nos llegamos a creer).

Y ya que mencioné el fut, si gana el Real Madrid o el Barcelona, , el Olimpia o el Motagua, el Patas Verdes o el Camisa Morada, pues la verdad es que no me da ni frío ni calor. Fuera de ver un buen partido del fut europeo (y que realmente son todo un espectáculo), no compro camisetas de ellos. Ni del Bayern. Y si Messi es mejor o peor que R7, pues como dice el viejo cuento: "A mi me parece magnífico".

Ya me disgusta el apeste del cigarrillo en la mano y abandoné los puros caros porque me cansé de presumir que era un "Hombre" elegante del mundo contemporáneo y porque siempre se me olvidaba la maldita guillotina. Por el mismo cansancio dejé de comprar revistas de puros, carros, ropa, ejercicios para tener doscientos veintitrés abs en quince días y cómo desarrollar las 567.5 posiciones sexuales que "las volverán locas". Me cansé de leer basura.

No quiero ser el Hombre Malboro, ni Indiana Jones. Ni el mejor fotógrafo. No quiero ser el ejecutivo exitoso ni el líder corporativo. No quiero tener la oficina más grande en el último piso del edificio. Porque sé que cuando me muera, los compañeros que queden me recordarán nada más en las mini, mini, mini celebraciones con pastel de cumpleaños y en los trilladas reuniones de fin de año. Pero mis hijos nunca olvidarán que yo no estuve con ellos.

No quiero comprar un Porsche, el último Iphone 23s o una Harley Davidson. Tal vez si hubiese aprendido a manejar motos a los quince, ahora sería natural tener una. Pero empezar a esta edad a manejar un chunche de esos con una chaqueta de cuero, nueva y estilo "usada" es como caerse en lo plano ("Ridículo y...#3%$%." - diría mi abuelita Maruca).

Ahora me la paso cocinando. Barriendo. Llevando hijos al colegio, a la clase de natación, de pintura, a fiestas, recogiendo de fiestas, etcétera, etcétera, etcétera. Y no me he metido a zurcir pantalones porque para ser honesto, ya no veo el hoyito de la aguja (pero no se lo digan a nadie porque es mala publicidad para un fotógrafo).

Compro flores para la sala y verduras para la cocina. Tomo buen café y mucha agua. Hago ejercicio y trato de escuchar más a mis hijos. Y sigo llorando a moco tendido en las escenas sentimentales de las películas.

También descubrí, una tarde, que mis viejos han sido siempre mis mejores amigos y que cada día, me parezco más a ellos.

Yo sé que muchos y muchas pensaran que estoy cambiando. Que me estoy volviendo distinto, diferente...pero no. Y no, porque si así fuera en verdad, lo diría a los cuatro vientos. Eso de permanecer asfixiado dentro de un closet no va conmigo. Y segundo, porque he tenido y tengo verdaderos y grandes amigos y amigas que si lo son y me siento orgulloso de estrechar sus manos.

 No, esto solo es el cansancio que provoca el mundo que todos hemos construido. Este mundo de falsas imágenes, de edificar palacios de cristal para que nos admiren. Tal vez estoy exhausto de aparentar ser "Hombre" y solo quiero ser un hombre...sin mayúscula.

Que La Fuerza nos acompañe...siempre.

Comentarios

  1. Arturo: Oh sorpresa...muy agradable, claro. Bienvenido a la blogosfera. No te conocía estas artes.http://pensamientosmaupinianos.blogspot.com
    Éxitos.
    Mauricio

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  2. ¡´Buenos días Mauricio! Gracias por tu comentario. Ahí vamos, reflexionando sobre la vida que nos rodea y lo que hemos construido..¿o deconstruido?.

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