Honduras Indómita...el último retrato

Para muchos investigadores, él nunca llegó a ser un verdadero rey.

Para otros, sí.

Pero dos cosas sí son aceptadas por todos los estudiosos. Primero, es cierto que cuando ascendió al poder, el 6 de febrero del año 822 d.C., Ukit Took´ fue el rey número 17 de una Copán que ya no era la otrora más poderosa ciudad al sur de la cultura maya.

La decadencia de Copán era obvia. Latente. La ciudad maya había sobrepasado hacía mucho tiempo su capacidad de auto sostenerse  e importaba comida de otras regiones.
La sobrepoblación, necesitada de leña y madera, había acabado con los árboles de todo el valle y hasta de los picos más altos de las colinas cercanas.

La deforestación y subsiguiente erosión de los suelos incrementó la hambruna y acentuó las enfermedades.
Como es de esperar, esto afectó el poder de los gobernantes que lo permitieron.

Para cuando Ukit Took´ subió al poder, el sistema político se había resquebrajado, debilitado, hundido.

Y el pueblo se había reducido a una fracción. Ido. Muerto.

Lo segundo es mucho más triste.

El rey número diecisiete trató de recuperar su gloria y poder  ordenando hacer un altar de piedra, simulando el famoso Altar Q, en donde apareciera él, en el lado izquierdo, compartiendo el bastón de mando junto a su predecesor, el rey número dieciséis, en el lado derecho.

Desafortunadamente nunca logró terminar el altar. Solo el lado sur del bloque rectangular fue tallado y por eso sabemos la fecha de ascenso del rey al poder. Y hasta el día de hoy, este altar a medias es reconocido como el último monumento de Copán que se construyó.

El Altar L.

¿Triste?  Sí, porque como sostienen los investigadores es una triste ironía que la ciudad más artística de toda la antigua cultura maya, que sobresalió por su talla en piedra, haya finalizado así.

Con una obra pequeña e inconclusa.

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Fotografía y texto del proyecto personal: "Oswitik: reyes y dioses de Copán".
Arturo Sosa 2018.