Tanto verde y un suelo miserable

En toda esta maraña verde, no puedo ver un tan solo árbol que no cargue pasajeros. 

De hecho, está comprobado que son las plantas que crecen encima de otras plantas las que representan el mayor porcentaje de la biomasa de un bosque tropical. 

"Epífitas" les dicen los expertos. Plantas que crecen encima de otras plantas. Como las enredaderas, las lianas (también llamados "bejucos" en la región del Caribe, incluyendo Honduras), algunas especies de helechos, de orquídeas, bromelias, hongos, musgos, algas, líquenes...

Hay tantas epífitas que llega un momento en que uno se pierde y ya no sabe cuál es el árbol que las soporta.

¿Son parásitas? No necesariamente. Se les dice "Parásitas mecánicas" porque utilizan el árbol en que se soportan como una estructura para alcanzar el agua y la luz que necesitan.

Además reciben nutrientes en las partículas de tierra que vienen arrastrados por el viento y también el que las aves, insectos y otros animales como los murciélagos les depositan con sus desechos naturales mientras comen de sus frutos, beben de sus néctares o utilizan como nidos.

Pero hay una clase de epífitas que si son asesinas de árboles...se les llama "Matapalos".

Espero poder mostrarles una de ellas muy pronto...

Nido de termitas. 

Uno de los platillos preferidos del oso hormiguero (Tamandua mexicana).

Los nidos de las termitas están hechos de un material al que se le suele llamar "cartón", el cual es una mezcla de madera digerida y materia fecal de la termita, que se unen como una especie de pegamento.

Curiosamente, tanto trabajo estomacal no parece ser eterno. Las termitas suelen abandonar con mucha frecuencia sus nidos para crear otros (hay un estudio que revela un promedio de 165 nidos por hectárea en tan solo un año). Cuando lo hacen, estos nidos son extraordinarios depósitos de nutrientes para otras especies.

De hecho hay aves que suelen hacer sus nidos en los nidos de las termitas.

Dice la literatura científica que una termita es mucho más jugosa que una hormiga. Lástima que el oso hormiguero no nos lo pueda confirmar.

Y es aquí donde la mula botó a Genaro.

Porque una de las contradicciones aparentes más grande de los bosques tropicales es que tanta vida vegetal, tantos árboles y plantas y enredaderas y demás, crecen en uno de los suelos más pobres en nutrientes de la naturaleza.

¿Cómo es eso?

En realidad, la capa de tierra fértil o humus, en los bosques tropicales es de apenas unos centímetros. El resto es piedras, arena, a veces con mucho hierro y aluminio (como en aquellos suelos rojos como se suelen verse en algunas partes de Honduras)

¿Por qué hay tan poco humus?

Por varias razones, pero la principal es la lluvia. Hay tanta agua cayendo día a día, que prácticamente los suelos son lavados de nutrientes.

Poco queda de alimento en el suelo.

Y, ¿ entonces? ¿Cómo es que existen tantos árboles en Miramelinda si los suelos son tan malos?

La naturaleza es maravillosa. 

La mayor parte de los árboles y plantas pequeñas que se sujetan al suelo, dejan sus raíces expuestas sobre la superficie.

Lo que vemos en la fotografía no es un tronco caído, sino las raíces de un árbol grande que se encuentra a unos metros atrás. Es más, el suelo está lleno de raíces de todos. Cada raíz exterior hacer lo mismo que si estuviera enterrada: busca nutrientes.

Por otro lado, estos suelos poseen una de las comunidades de hongos microscópicos más hambrientas y eficientes del mundo. Las raíces de las plantas establecen una relación simbiótica con hongos, en donde ellas reciben nutrientes minerales y les dan a los hongos lo que ellos no pueden producir (como vitaminas e hidratos de carbono).

¿Qué tienen que hacer los hongos? Descomponer lo más rápido posible toda la materia orgánica que caiga al suelo. Antes que el agua arrastre toda esa comida.

Y por otro lado, las plantas epífitas también tienen sus propios y particulares hongos al tiempo que reciben mucho del agua y el viento que les golpea mientras están encima de otras plantas.

Maravillas de la naturaleza.