La Tormenta Perfecta

-BB...¿Me queda bien este vestido ? -le preguntó Flory a Tom apenas nos encontramos en el Mall.

¡Satanás!- exclamé para mis adentros- ¡Peligro! La peor de todas las preguntas y a quemarropa. El alero está a punto de meterse en un berenjenal, si no sabe la respuesta correcta.

¡Hey!  Seamos sinceros; no es para menos. Todos estamos conscientes de los enorme escollos y riesgos potenciales que puede significar no contestar correctamente la tan clásica (y reiterada) pregunta. Cualquier hombre medianamente educado y aún los más salvajes y con cerebro unidimensional (es decir, casi todos) sabemos que cuando La Poderosa hace esa pregunta, en realidad puede (y debe) estar preguntando otra cosa totalmente distinta.

De hecho, esta es la clásica pregunta catalogada en los manuales militares como la trampa típica de las guerrillas. Es una pregunta "Cazabobos". Porque déjenme decirles, aquí no se trata de dar la "respuesta correcta", sino más bien de encontrar cuál es la verdadera interrogante. La que no se está diciendo.

¿Cierto? Pero vamos por partes.

La pregunta puede surgir en cualquier momento, aunque de preferencia se da cuando el hombre tiene la mente en estado de "stand by". Por ejemplo, después de cenar y ella se está alistando para ir al cine o a la casa de los vecinos a tomarse los traguitos del viernes por la noche.

El tono sutil y el contenido oculto de la pregunta (que es inevitable) van a cambiar dependiendo del evento que se aproxima, la edad de la susodicha, su peso corporal, de los años de relación que se llevan juntos, de la estrechez económica que ha limitado la renovación del guardarropa y de las estadísticas reales sobre la ocurrencia o no, de aquello.

El hombre que se considera audaz e inteligente debe ver claramente todos estos factores con la rapidez de un lince, para determinar cuál es la verdadera pregunta detrás del señuelo. De no hacerlo, la posibilidad de vivir  La Tormenta Perfecta es real. Y aterradora. Ad infinitum.

¡Ah! Y déjenme reiterar algo: no es lo mismo que lo pregunte una muchacha imberbe dieciochoañera, que una Mujer, Mujer.  Mientras una apenas será brisa ligera que pasa rápidamente, la otra provocará vendavales bíblicos en caso de error.

Así, la pregunta "¿Me queda bien este vestido?"  en realidad  puede significar:

a.- ¿Me queda bien este vestido a pesar de que lo compré en oferta, pero nunca te lo voy a decir?

b.- ¿Me queda bien con los zapatos que traigo puestos?

c.- ¿Me queda mejor con los zapatos que usé ayer?

d.- ¿Me veo gorda?

e.-  ¿Me veo mejor que la flaca estúpida de tu secretaria?

f.- ¿Me querés todavía...?

g.- ¿Cómo se me ve la colita?

h.- ¿Se ven bien las boobies?

i.- Hace tiempo que no me decís nada...¿Ya no querés nada de nada?

j.- Me hubiera puesto mejor la falda negra que te gusta tanto...¿Verdad?

k.- Me hubiera puesto mejor el jeans que a mí me gusta tanto...si de todos modos él no ve nada.

l.- La verdad es que este  vestido queda mejor con los aretes que le presté a mi hermana. Y esa chava no me los va a devolver porque como se peleó con el novio esa noche, lo más seguro es que los haya perdido o por lo menos uno...y ahí si me voy a enojar porque no es la primera vez que me lo hace. Si yo no sé porque...

Es como estar en un campo minado; no hay mucho espacio para dónde correr. La Muerte acecha...

Tenso, me quedé viendo al alero. Preocupado. Pero Tom, hombre corrido y con más vidas que un zopilote apedreado, le contestó con la más encantadora de las sonrisas:

- BB...Usted hace que ese vestido se vea espectacular..¡Qué linda te miras!

Un relámpago de triunfo brilló en los ojos de Flory y casi instantáneamente, una sonrisa pícara asomó en sus labios. ¡Este Tom es mi héroe!

 - ¡Ay, BB!  Tan lindo usted...¿Sabe qué amor? Vengase conmigo...le voy a comprar unas cositas que miré ayer para usted...vengase.

Y los dos se fueron caminando pegaditos, pegaditos. ¡Púchica! Esa frase se la tengo que copiar al alero.

¡Hombre! Por cierto, me quedé picado...¿qué le va a comprar Flory a Tom?...¿Alguna corbata?...¿pañuelos?  Ummm...mejor le pregunto al alero después.

Bueno, y ahora, ¿qué hago? Esos bárbaros me dejaron solo aquí en medio del Mall. ¿Para dónde agarro camino?  ¿Pa´ la izquierda o para la derecha?

Eso me pasa por andar de tercero...de violín.

Ya me voy Raza. Que La Fuerza nos acompañe...siempre.


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