Pues fíjese que no...

Termina el año.

Un año que nos ha dejado decepcionados, indignados, con un sentir impregnado de tristeza, de negatividad.

¿Para qué sirve votar? ¿Para qué sirve proclamar a los cuatro vientos que tendremos observadores internacionales?

¿Para que sirve tener jueces, policías, fiscales?

¿Para qué sirve tener pastores, sacerdotes?

¿Para qué sirve leer un periódico de papel mojado?

¿Para qué?

Las elecciones para Presidente las ganó Salvador Nasralla. Nos guste o no (y yo voté por Luis, que conste). El pueblo, la inmensa mayoría lo escogió.

Hubo fraude electoral. El "Sistema" lo cayeron.

Y punto.

Y a partir de ahora, la impunidad se extenderá y la corrupción se multiplicará.

Y cada día, más hondureños buscarán como emigrar; buscando nuevos horizontes para sus hijos, para sus familias. Mientras tanto, todos aquellos que decidamos quedarnos, ¿qué haremos?

Como hoy, levantarnos con alegría, con decisión, sabiendo que tenemos un sistema corrupto y a pesar de todo, seguiremos empujando la carreta.

Seguir luchando. Seguir construyendo la Patria que amamos (no la que nos roban).

Con el puño por delante y con una sonrisa. Con paz en nuestros corazones.

Porque sé que tarde o temprano, nos vamos a encontrar a esa señora, sin cartera, con el pelo teñido de rubio, en la tienda Target de algún pueblito de Ohio u Oregon y con cara de "Pues fijese que no, solo andaba de parranda..."

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